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Especial mundialista: #Los23convocados

Sin más tiempo que perder, porque la pelota no da tregua, Revista Sudor anuncia a sus 23 convocados para la cobertura de los 64 partidos del Mundial de Rusia 2018. Una crónica —que se zambulle más allá del fútbol— por cada partido. Una ilustración con vida propia por cada crónica. Pase y conozca la lista oficial.

Estamos condenados a los números. La ecuación, así en la vida como en el fútbol, es simple y cierra. Redonda. Hasta Stephen Hawking —diagnosticado a los 21 años de esclerosis lateral amiotrófica— tuvo que padecerlo: le pronosticaron no más tres años de vida y a partir de ahí contó los días, como solo lo puede hacer un físico teórico. Por supuesto, el cálculo resultó errado: vivió 55 años, pero en el camino demostró que los números son el único cohete espacial con el que podríamos llegar hasta el origen del universo, y, quién sabe, más allá.

No quisiéramos ser números, es cierto. Nos pasamos la vida tratando de evitar convertirnos en simples cifras. Pero a veces acabamos siendo ocho dígitos de un dni, un ticket de atención, una estadística de feminicidio o el rostro del sueldo mínimo. Desde que la Selección peruana logró la clasificación a Rusia 2018, sin embargo, hemos vuelta a rescatar las matemáticas, pero ya no para revivir la infeliz frase del yugoslavo Vladimir Popovic [Por suerte, matemáticamente aún pudimos volver a un Mundial]. Esta vez el cálculo adquirió otra dimensión, con cierto grado de angustia —como no podía ser de otra manera si se nace en el Perú—, pero, además, con ribetes de polla de oficina, de bingo familiar. El juego matemático de buena parte de los peruanos pasó a ser, en los últimos meses, sumar y restar hasta dar con 23.

Aquí el enlace directo al especial de Sudor:                        revistasudor.com/los23convocados

Así como suena. Veintitrés. O 23. En letras o en números, aunque mejor se lea de la segunda forma: 23 jugadores, 23 convocados. Esa era la tarea. Y aunque uno solo, llamado Ricardo Gareca, tenía la misión —y el sueldo— para ocuparse de eso, hasta en bodegas y mercados e incluso en colas de bancos y hospitales todos los apremios y los dolores podían quedar arrimados: ¿Cuáles son tus 23? El número más mentado de los últimos años. El más deseado y el más enigmático. Porque, claro, alude a 23 futbolistas que tendrán un espacio en las enciclopedias del fútbol así no jueguen un minuto. Pero también es el número de la cabulería —discreta y rebuscada— en un país que idolatra al más discreto de los cabuleros, incapaz de tolerar el verde, capaz de pedir un vestido de novia para asegurar la suerte.

El 23 es el número de las parejas de cromosomas que llevamos en el ADN. Los segundos que le toma a la sangre circular por todo el cuerpo. La cantidad de letras en el alfabeto latino. Los Grandes Maestros de la Orden del Temple. Las puñaladas que recibió Julio César cuando fue asesinado. El día del mes de abril en el que nació y murió William Shakespeare (en 1564 y 1616, respectivamente). El día del mes de julio en el que empezaban los antiguos calendarios de egipcios y sumerios. El día del mes de diciembre del 2012 (20 1+2= 23), en el que debió acabarse el mundo, según los Mayas, que, aunque pifiaron, algo sabían de matemáticas.

El 23 es el número de las vértebras que tenemos en el cuerpo. Los firmantes de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Los movimientos que se realizaron en aquella clase magistral de ajedrez entre Adolf Anderssen y Lionel Kieseritzky, en 1851, recordada como “La partida Inmortal”. Los problemas matemáticos propuestos por David Hilbert en el Congreso Internacional de 1900 en París. El 23, el más famoso de los números primos, ese grupo de “átomos” de las matemáticas que son los adobes del universo calculable.

Es también el número que obsesionó a William S. Burroughs, miembro de la generación Beat y de la City Lights Books de San Francisco, a causa de una carambola del destino, narrada por el escritor y ocultista Robert Anton Wilson en un artículo para la revista Fortean Times: el mismo día en el que conoció —en un viaje en ferry a las islas Tangier— a un capitán apellidado Clark, que había navegado durante 23 años sin sufrir un solo accidente, no sólo murió él y todos los ocupantes, sino que también, esa misma noche, un avión a Florida acabó estrellándose con un piloto al mando, también de apellido Clark. El vuelo, por supuesto, no podía tener otro número asignado: el 23.

Pero si se piensa que todo esto es tan solo el insumo esotérico para supersticiones, hechicerías o una serie de teorías conspirativas —y realmente lo es—, podría comprobar que el 23, como alguna vez lo contó Jim Carrey, tras filmar la película El número 23 (2007), está también relacionado a Michael Jordan y LeBron James, ambos con el 23 en la espalda. O con David Beckham, que decidió portar el mismo dorsal en honor a la leyenda de la NBA. Y, por cierto, ¿quién será el 23 de Perú en Rusia? Pedro Aquino, que acaba de cumplir 23 años.

Un número que parece contenerlo todo. La fortuna y la desgracia. Lo indecible y la vida. Un número así se asemeja mucho al fútbol: tan prosaico como pegarle de punta a una pelota e insondable si se intenta medir su alcance más allá de los márgenes del campo. Por eso era necesario aproximarse a ese misterio de la pelota a través de 23 exploradores de la palabra, 23 convocados de la cábala literaria y periodística. Un plantel de categoría mundial.

A continuación, y sin más preámbulos, la lista oficial, muy al estilo de Ricardo Gareca:

Jorge Eslava, Claudia Cisneros, Paloma Reaño, Toño Angulo, Sengo Pérez, José Alfredo Madueño, Diego Salazar, Piero Che Piu, Eloy Seclén, Elda Cantú, Antenor Guerra-García, Susanne Noltenius, , Lorena Álvarez, Juana Gallegos, Gloria Ziegler, Tilsa Otta, Ricardo Montoya, Julio Villanueva Chang, Rossana Díaz Costa, Juan Manuel Robles, Marco Avilés, Raúl Tola y Victoria Guerrero.

revistasudor.com/los23convocados

Por donde se le mire, un equipazo, que respaldado por un comando técnico (Renzo Gómez, Víctor Ruiz Velazco, Mario Blanco, Renzo Bambarén, Bruno Rivas Frías, Angelo Torres, Bruno Ortiz Jaime, Alberto Beingolea, Leonardo Ledesma y quien escribe) fundado en los principios del garequismo , cubrirá los 64 partidos del Mundial con la exigencia del reloj encima y de entregar una pieza que perdure en el tiempo.

Una crónica por cada partido, acompañada de una ilustración que estará a cargo de otro grupo de convocados dispuesto a explicar todo eso que es el fútbol —además de fútbol— sin necesidad del alfabeto: Misspogpog, Omar La Hoz, Luis Morocho, Doménico Pagano, Ciudadano Cae, Ilustronauta, Robotv, Ricardo Bustamante, Iván Ciro Palomino, Apart y Sandro de la Riva-Agüero.

Lo que pase en la cancha a partir de ahora es un enigma. Lo que ocurra con este especial de la Revista Sudor —bautizado #Los23Convocados por puro espíritu mundialista—, acabará con una certeza: después de 64 partidos no seremos los mismos de antes.

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